La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) es un enfoque de política ambiental de la Unión Europea y de cumplimiento obligatorio para todo tipo de residuos de los denominados especiales o problemáticos. Este enfoque se concreta en que la responsabilidad del productor que genera un producto no termine cuando este haya sido utilizado o usado, sino que se responsabilice también cuando este se convierte en residuo.
Las obligaciones de la RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor) son:
- “Quien contamina paga”.
- Trasladar la responsabilidad (administrativa, financiera o física) de los gobiernos o los municipios a los productores.
- Conseguir una reducción del impacto ambiental de los productos, desde su producción hasta el final de su vida útil, por ejemplo, mediante su ecodiseño.
Para llevar a cabo este enfoque, dentro de la ley 22/2011 de 28 de julio de residuos y suelos contaminados, su título IV está dedicado a la “Responsabilidad ampliada del productor del producto”, no se trata de una regulación ex novo, ya que en la Directiva 2002/96/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, de 27 de enero de 2003 ya quedó establecida la responsabilidad del productor en la gestión de residuos.
En este nuevo título establece un marco legal más claro e involucra a los productores de productos a prevenir y organizar la gestión de los residuos, y a la vez promover la valoración de los mismos, así como su reutilización y el reciclado para adaptarse y cumplir con los principios de la legislación actual.
El cumplimiento de estos principios y obligaciones se pueden llevar a cabo por sistemas colectivos o de manera individual. La creación de los (SIG) Sistemas Integrados de Gestión, se han abierto camino y actualmente se les denomina (SCRAP) sistemas colectivos de responsabilidad ampliada. Estos sistemas se gestionan por entidades sin ánimo de lucro y a través de ellas las empresas que se acogen, colaboran en la financiación de su funcionamiento.
Una buena muestra de estos (SCRAP) sistemas colectivos de responsabilidad ampliada es nuestra propia asociación AEVAE, en la que garantizamos mediante nuestros ‘puntos verdes’ la recogida de los envases de nuestros fabricantes asociados, una vez utilizados por el agricultor para darles una nueva vida.