El reciclado químico es una solución innovadora cada vez más presente en el mundo. El avance de este tipo de reciclaje supone poder llegar antes, a la circularidad de los plásticos. Este tipo de reciclaje le da un nuevo uso y valor a los plásticos al final de su vida útil.
¿Para qué se utiliza el reciclaje químico?
El reciclado químico para la recuperación del plástico se utiliza sobre todo, cuando el reciclado mecánico no es posible o conveniente por razones de sostenibilidad.
Muchas veces, los productos están compuestos de distintos tipos de plástico, contienen pinturas, residuos contaminados, o no son aptos para la fundición porque están concebidos precisamente para soportar más resistencia térmica y mecánica.
En todos estos casos el reciclado mecánico técnicamente no puede asumirlos, en cambio el reciclado químico sí. Con este sistema de reciclado tambien se reducen los costes de selección y recogida de los productos plásticos, ya que se pueden tratar sin necesidad de separar las distintas mezclas de los mismos, esto ocurre por ejemplo en los polímeros de materiales multicapa.
Procesos del reciclado químico
Los materiales plásticos que llegan a la planta de reciclado químico para su recuperación, se someten a un proceso de descomposición, mediante distintos agentes químicos, biológicos y altas temperaturas.
Dependiendo del polímero en sí, se le aplica el proceso más adecuado. Estos suelen ser normalmente la despolimerización o el craqueo.
La despolimerización o solvólisis consiste en someter a altas temperaturas, presión o al añadido de agentes químicos a los residuos plásticos, con ello se rompe la cadena de polímeros, obteniendo monómeros y oligómeros.
El craqueo es la pirólisis, donde se someten a descomposición química los residuos plásticos calentándolos a temperaturas superiores a los 400°C y en ausencia de oxígeno.
El resultado de esta descomposición del plástico en materias primas y monómeros de bajo peso molecular, permite fabricar de nuevo productos plásticos y químicos. Los productos plásticos que se obtienen son prácticamente puros y no pierden ni disminuyen sus propiedades, como ocurre con el reciclado mecánico.
El reciclado químico es cada vez más utilizado y los avances en investigación para el desarrollo de técnicas innovadoras en el campo del reciclaje no cesan, por lo que el camino hacia la circularidad total de los plásticos, cada vez está más cerca.
Hay que reciclar más y mejor. Para ello, la inversión en I+D+i para potenciar el desarrollo de nuevas tecnologías que aceleren e impulsen el reciclado químico, es fundamental. Algunas empresas ya lo están haciendo aunque muchas de ellas, aún están en sus primeras fases de desarrollo y otras ya se estan empezando a utilizar. Algunos ejemplos son la delaminación, el craqueo biológico, el craqueo térmico, etc.
Eva Verdejo, Chemical Recycling Group Leader del Instituto Tecnológico del Plástico – AIMPLAS, ha destacado que, ‘paralelamente al desarrollo de técnicas punteras de reciclado químico de plásticos, se hará necesaria la utilización de nuevas herramientas como el Balance de Masas. Esta metodología permite calcular de manera homogénea la cantidad de materia prima reciclada que se está utilizando en cada nuevo producto y, de esta manera, evaluar el ahorro que esto supone de cara a la utilización de materias primas vírgenes e incidir en el impulso de nuevos procesos de reciclaje y reutilización de residuos’. (Fuente: ide-e.com)
Se prevé que para el año 2050 más del 65% de la producción de plásticos podría provenir de material reciclado, pero para que esto sea una realidad se necesita una gran inversión por parte de la industria.
El potencial para nuevas aplicaciones que tendrán los residuos plásticos en un futuro y el impulso hacia una Economía Circular, hace que sean muchas las empresas que están invirtiendo y apostando por esta innovadora tecnología que es el reciclado químico.
En Aevae trabajamos y colaboramos con todas aquellas iniciativas que ayuden a alcanzar los objetivos de reciclaje de plásticos exigidos por la UE para el año 2030.