En su formulación líquida, los fertilizantes pueden envasarse en botellas, garrafas, bidones e incluso cisternas. En cambio, en sus formulados sólidos, lo hacen principalmente en bolsas o sacos. Estos últimos envases, en realidad están compuestos por uno o más materiales juntos, normalmente plástico y papel, para conseguir la estanqueidad y correcta conservación del fertilizante que contiene.
A día de hoy ya no se concibe que un envase de saco o bolsa para contener abonos no sea reciclable. La Economía circular, optimizar recursos de materias primas y ser respetuosos con el medio ambiente, deben estar presentes en toda la cadena de valor.
Sacos y bolsas de abonos respetuosos con el medio ambiente
Todos los agentes implicados en el mundo de la fertilización tienen su compromiso con el buen uso de los mismos.
En el caso de los agricultores, saben que el uso correcto y de almacenaje de estos envases no daña el medio ambiente. De la misma forma que una gestión incorrecta sí, porque puede causar fugas de abono de consecuencias imprevisibles.
Así, prácticas como almacenar las bolsas y sacos de fertilizantes en espacios cubiertos y protegidos, por lo menos a 10 metros de cualquier drenaje o vía fluvial, y lejos de pozos deben tenerse en cuenta. De igual forma, la maquinaria de abonado o la eliminación apropiada de bolsas y sacos, contribuirá a prevenir posibles escapes contaminantes.
Calidades de bolsas y sacos de fertilizantes
Un aspecto a tener en cuenta a la hora de su compra por parte de las empresas fabricantes de abonos es la calidad de bolsas y sacos disponibles en el mercado.
Estos envases deben cumplir diversos requisitos. Uno de ellos obedece a la seguridad porque debe proteger al producto ante la humedad y el desgaste mecánico.
Códigos de identificación de los diferentes tipos de plástico
Como hemos avanzado, estos envases se pueden fabricar con diferentes materiales. Los más habituales son el polietileno (PE), el polipropileno (PP), el papel o combinaciones de estos materiales. En el envase también se pueden encontrar otros materiales puntuales con objetivos concretos y funcionales: válvulas, costuras, etc.
En la fabricación del envase se tienen presentes especificaciones como el peso y capas de papel, grosor de la lámina de plástico, su resistencia, dimensiones, posibles aditivos añadidos como por ejemplo los estabilizadores ultravioleta, etc.
Materiales plásticos en la fabricación de envases para abonos
Entre los diferentes materiales plásticos que pueden intervenir en la fabricación de sacos o bolsas para abonos se encuentran el HDPE, LDPE y PP.
El HDPE (PE-HD) es un polietileno de alta densidad y obedece a sus siglas en inglés High Density Polyethylene. También se le conoce como PAD (Polietileno de Alta Densidad) y se trata de un polímero de la familia de los polímeros olefínicos (como el polipropileno), o de los polietilenos. Suele tener una textura cerosa y semi-rígida. No se agrieta y flota en el agua.
El LDPE (PE-LD) es un polietileno de baja calidad y debe sus siglas en inglés de Low Density Polyethylene. También se trata de un polímero de la familia de los polímeros olefínicos, como el polipropileno y los polietilenos. También referido como PEBD, en español. Como el resto de los termoplásticos, el PEBD puede reciclarse.
El PP es el polipropileno, un polímero termoplástico que se obtiene de la polimerización del propileno. Este pertenece al grupo de las poliolefinas y goza de una amplia variedad de aplicaciones, entre los que se incluyen empaques para alimentos, tejidos, componentes automotrices, etc. Posee gran resistencia contra diversos solventes químicos, así como contra álcalis y ácidos.
Envases para abonos con diseño
La marca de un fertilizante es la memoria del producto. Además, si esta se acompaña de un diseño bien realizado, el conjunto incide positivamente en su venta.
Los envases en sacos o bolsas para fertilizantes, se prestan a que toda su superficie sea tratada como herramienta de marketing. Por supuesto, su funcionalidad como envase debe estar asegurada.
En este sentido, los sacos y bolsas para abonos pueden ser diseñados específicamente para cada producto. En definitiva, imágenes personalizadas para empresas y marcas de fertilizantes de gran impacto.
La situación actual es que las tendencias de uso de este tipo de packaging flexible a medida, ha entrado en el mercado de productos agrícolas como los fertilizantes. Un mercado antes reservado para otros tipos de productos envasados en sectores de la alimentación humana, alimentos para mascotas, detergentes, etc.
Reciclado de envases flexibles que han contenido abonos
Indistintamente de si su contenido está formulado en polvo o granulado, en su vaciado, los sacos o bolsas de fertilizantes deben ser sacudidos para sacar el máximo posible de contenido. Una vez vacíos deben almacenarse en un lugar protegido y en su momento llevarlos a las sacas de los puntos de recogida AEVAE para su correcto reciclado.
Es recomendable no reutilizar los sacos vacíos para rellenar con otros materiales.
Una vez recogidos por el transporte logístico de AEVAE, entra en su circuito de reciclado compuesto por varias etapas hasta llegar a conseguir una granza que permita, como nueva materia prima plástica, introducirse en nuevos procesos de fabricación. Todo ello con la garantía AEVAE de recibir durante todo su proceso de reciclaje, un tratamiento medioambiental correcto.