El Día de las Reservas Naturales Fluviales está dedicado a celebrar la protección y conservación de los ríos y arroyos más valiosos desde el punto de vista ecológico en España.
Este día busca sensibilizar a la población sobre la importancia de preservar estos ecosistemas, fundamentales para la biodiversidad y el equilibrio ambiental y destacar el valor ecológico, cultural y social de estos entornos naturales.
En el año 2015 se declaró la primera Reserva Natural Fluvial, desde entonces todos los años los días 26 y 27 de agosto se celebra este día.
¿Qué son las reservas naturales fluviales?
Las Reservas Naturales Fluviales están constituidas por los ríos, tramos de río, acuíferos, masas de agua o partes de masa de aguas, que han sido declarados como tal, por sus singulares características así como su importancia hidrológica para su conservación en estado natural.
Desde el año 2015 se han ido sumando muchas más y actualmente España cuenta con 248 Reservas Naturales Fluviales(RNF). Estas están repartidas en distintas demarcaciones hidrográficas y cuencas intercomunitarias de toda la geografía española, desde los Pirineos hasta Andalucía, pasando por comunidades como Galicia, Castilla y León, y Extremadura.
El total del número de reservas naturales fluviales suman más de 3.800 kilómetros de tramos de ríos y más de 1.000 km² de acuíferos y lagos.
Todas ellas forman parte del Catálogo Nacional de Reservas Naturales Fluviales, pero son muchas más las que reúnen las condiciones ambientales y que sin duda irán aumentando el número dentro de este catálogo, si somos capaces de protegerlas.
Las Reservas Naturales Fluviales como tal constituyen una figura de protección que tiene como objetivo preservar los tramos de río donde la intervención humana es nula o escasa, por lo que no ha sido alterado su estado natural.
La conservación de los ríos para que estos no sufran interrupción ni contaminación es vital para que no se altere el flujo natural del Ciclo Hidrológico del Agua. Mantenerlos sanos es poder garantizar también, nuestra propia salud.
El hábitat de un río incluye un número altísimo de organismos, como son el plancton, hongos, bacterias, vegetales, vertebrados e invertebrados, por lo que son ricos en biodiversidad . Es por ello que los ríos sanos son capaces de revertir el cambio climático.
Este hábitat único es la fuente más importante de suministro de agua para uso agrícola y doméstico, nos ofrece agua limpia, recargan los acuíferos, actúan como filtros biológicos contra la contaminación, reducen los posibles daños ocasionados por las inundaciones, y un largo etc.
Por todo ello estos espacios son esenciales para mantener la biodiversidad acuática y terrestre, garantizar la calidad del agua y conservar paisajes de gran belleza y valor ecológico.
Actuaciones para proteger las reservas naturales fluviales.
La capacidad de la reserva hídrica española depende de las precipitaciones. En la actualidad estas están siendo escasas en la vertiente Atlántica y muy escasas en la vertiente Mediterránea.
Las últimas mediciones sitúan en un 53,8% la capacidad total de la reserva hídrica española. Según los datos recogidos por el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) el 12,2% de la superficie del total de la península sufre sequía prolongada.
Para hacer frente a este fenómeno cíclico que es la sequía, se deben implantar nuevas políticas hídricas. Urge que se gestionen de manera eficiente tanto los recursos, así como que se implementen las nuevas tecnologías para “encontrar alternativas más respetuosas con el medio ambiente, mejor aceptadas socialmente y con una absoluta garantía de suministro”.
Para que estas y otras medidas sean efectivas es importante que todas ellas estén coordinadas entre la administración, las organizaciones medioambientales y la ciudadanía:
- Legislación y regulación. Establecer y hacer cumplir leyes que limiten la explotación y alteración de los ríos protegidos. Esto incluye restricciones a la construcción de infraestructuras, vertidos de contaminantes y extracción de recursos.
- Monitoreo y control. Implementar programas de vigilancia para controlar la calidad del agua y la biodiversidad. El monitoreo continuo permite detectar y corregir problemas de forma temprana.
- Reforestación y restauración. Realizar proyectos de reforestación de las riberas y restauración de hábitats degradados. Las plantas ribereñas juegan un papel crucial en la estabilidad de los ecosistemas fluviales y la prevención de la erosión.
- Educación y sensibilización. Fomentar la educación ambiental en las comunidades locales y a nivel nacional. Campañas de concienciación ayudan a la población a entender la importancia de conservar los ríos y cómo pueden contribuir a su protección.
- Colaboración internacional. Participar en programas y acuerdos internacionales para la protección de ríos transfronterizos y compartir mejores prácticas en conservación.
- Investigación científica. Apoyar la investigación para comprender mejor los ecosistemas fluviales y desarrollar nuevas técnicas de conservación. La ciencia es fundamental para adaptar las estrategias de protección a las cambiantes condiciones ambientales.
La participación activa de todos los sectores de la sociedad es esencial para asegurar que nuestros ríos continúen siendo fuentes de vida y belleza en nuestro planeta. Es por ello que el Día de las Reservas Naturales Fluviales es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de nuestros ríos y la necesidad de protegerlos.
Desde Aevae nos hacemos eco de la celebración del Día de las Reservas Naturales Fluviales (RNF) que nos ayudan a conocer y entender el papel que desempeñan en la preservación, y estado ecológico de los ríos.
Fuente: MITECO «© Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico».